Resenha: “A Opção Sul-Americana”

Por Gilberto Marcos Antonio Rodrigues
Publicado originalmente na Revista Foro Internacional

Marco Aurelio Garcia fue asesor especial para asuntos internacionales del presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y de la presidenta Dilma Vana Rousseff (2011- 2016). Sus 13 años como sherpa presidencial lo han convertido en uno de los más influyentes formuladores de la política exterior durante el período de la redemocratización (1985-      ). Tras dejar el gobierno, en mayo de 2016, había una gran expectativa de que MAG –como se le conocía por las iniciales de su nombre y apellido– publicaría sus visiones y memorias sobre su actuación en la política regional e internacional, sobre todo para explicar la proyección de Brasil en la región. Algunos de sus interlocutores más cercanos sabían de su acariciado proyecto: él ya se había instalado en un piso en el centro de la ciudad de São Paulo, con sus centenas de libros y cajas repletas de una plétora de papeles acumulados. El profesor jubilado del Departamento de Historia de la Universidade Estadual de Campinas (Unicamp) estaba listo para empezar a organizar su material y sus memorias, para poner en marcha su narrativa privilegiada –de quien estuvo en el centro neurálgico del poder de un Brasil que emergió como líder regional y actor global–. Pero quiso el destino que esa gran empresa anunciada, y su consecuente expectativa colectiva, se viera frustrada por la desaparición inesperada de MAG el 20 de julio de 2017, a los 76 años.

El libro A Opção Sul-Americana. Reflexões sobre Política Externa (2003-2016) [1] se propone rescatar una parte del pensamiento de Marco Aurelio Garcia. Se trata de una colección de sus escritos publicados en diferentes medios, en su mayoría a lo largo de su labor en la asesoría internacional presidencial. Además de los textos, el libro incluye un rico acervo iconográfico que indica momentos claves de la política exterior de Lula y de Dilma. De Fidel Castro a Barak Obama, de Hugo Chávez a Michelle Bachelet, José Mujica, Néstor y Cristina Kirchner, Evo Morales, Mahmoud Abbas y el papa Francisco, entre otros, están entre los personajes de la política internacional retratados en cumbres, reuniones y eventos con Garcia, que acudió como asesor presidencial de Lula y de Dilma. En efecto, puede afirmarse que la trayectoria de Marco Aurelio Garcia en la formulación de la política exterior brasileña es única debido a dos factores. El primero fue su relación con el Partido de los Trabajadores (PT), del cual fue uno de los fundadores y principales dirigentes; el segundo factor fue su proximidad con el expresidente Lula. En una nota introductoria al libro, Lula afirma sobre MAG que “[…] Ha sido uno de los principales constructores del verdadero salto histórico que América Latina ha dado en la última década, en términos de desarrollo, igualdad social y lucha por un mundo de paz y cooperación”. [2]

Paulo Sergio Pinheiro, presidente del Panel de Naciones Unidas de Investigación sobre Siria y excomisionado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su introducción al libro dice que los ensayos de Marco Aurelio Garcia “jamás están desencarnados de la acción”. Esta frase de Pinheiro revela la característica de “intelectual orgánico” que distinguía al profesor García, según la conocida categoría de Antonio Gramsci, y que le confería una visión de la política internacional colgada a un proyecto de Estado, y de desarrollo social y económico, anclado en el mayor partido de izquierda de Brasil.

Precisamente por su conexión orgánica con el PT, la actuación de Garcia ha generado severas y contundentes críticas de la oposición, sobre todo de colaboradores del expresidente Fernando Henrique Cardoso, vinculados al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Entre los más destacados críticos, el excanciller, Celso Lafer, afirmó sobre la política exterior de Lula, “La partidización de la política exterior, con su sesgo ideológico, ha sido un camino para obscurecer y poner en segundo plano su dimensión de política de Estado […] el cual contribuye para garantizar la previsibilidad y confiabilidad externa del país”. [3] Otros críticos recurrentes eran diplomáticos del servicio exterior, jubilados, como el embajador Rubens Barbosa, que fue asesor del candidato presidencial Aecio Neves, del PSDB, y que perdió la elección contra Dilma Rousseff en 2014. Durante la campaña de Neves, Barbosa dijo que su partido tenía como diferencial “[…] eliminar la influencia ideológica que impregnó la política externa del PT durante todos esos años y devolver al Itamaraty su papel como principal asesor del presidente en esos asuntos”. [4] Cabe señalar que ambas acusaciones se confrontan con dos hechos incontestables: la constitución brasileña atribuye claramente

la formulación de la política exterior al presidente, no a la cancillería, y el hecho de que el canciller de Lula, el embajador Celso Amorim, sea uno de los más respetados diplomáticos de la historia del Itamaraty y que haya sobrepasado al Barão do Rio Branco en su permanencia como canciller actuante en diversos gobiernos de la República (Amorim contribuye al final del libro con un texto corto, de corte más personal, en el que relata cómo fue invitado a ser canciller de Lula, por influencia de Garcia). Las críticas a la ideologización de la política exterior de Lula y Dilma, que tenía no sólo a representantes de la oposición y ex integrantes de la cancillería como voceros, sino que contaba con el apoyo de los grandes medios de comunicación, ponía al profesor Garcia en el centro de las polémicas públicas sobre los rumbos y la implementación de la política exterior de Brasil.

Organizada por el periodista Bruno Gaspar, ex alumno y ex colaborador del profesor Garcia en el gobierno, y por Rose Spina, editora del periódico Teoria e Debate, publicada con el sello de la Fundação Perseu Abramo –vinculada al Partido de los Trabajadores–, la obra contiene ocho textos de Marcos Aurelio Garcia. Empieza con “O melancólico fim de século da política externa” (publicado en Carta Internacional, 2001), en el que Garcia, al referirse a la política externa del entonces gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), formula una pregunta, refiriéndose a las políticas neoliberales de Cardoso, que sintetiza bien la crítica central del artículo: “Si el Estado nacional pasa a ser algo superfluo, ¿qué decir de su política externa?”.

El segundo texto, que confiere el título a la colección, “A opção sul-americana” (publicado en Interesse Nacional, 2008), incluye la afirmación: “[…] compete a Brasil optar entre una inserción solitaria en el mundo o buscar una asociación con países de su entorno, con los cuales comparte historia, valores y posibilidades de complementación económica”. Y añade: “Brasil ha optado claramente por la segunda hipótesis. Por esa razón, América del Sur se ha convertido en prioridad en su política exterior”. En efecto, durante la primera década del año 2000, los países sudamericanos han logrado un grado de unión y sintonía como nunca se había visto hasta entonces, una relación que se materializa con la creación de la Unión de las Naciones Suramericanas (unasur), en 2008. En este mismo texto, Garcia ya defendía el ingreso de Venezuela al Mercosur y una de las justificaciones para ello se revelaba premonitoria: “La presunta ‘inestabilidad’ de Venezuela debe ser vista como una razón más para apresurar el ingreso de este país al Mercosur. Se debe, a toda costa, evitar el aislamiento de Caracas en el contexto sudamericano”. De hecho, Venezuela ingresa al Mercosur en 2012, tras una polémica de Brasil con Paraguay, este último en contra del ingreso de Caracas; pero debido a que estaba suspendido del Mercosur, no pudo impedir la adhesión del nuevo país al bloque. [5] Es interesante notar que la relación de cooperación entre Brasilia y Caracas, uno de los principales puntos de crítica a la conducción de la política exterior de los presidentes Lula y Dilma –y atribuida directamente a la orientación del profesor Garcia– también fue interpretada por algunos analistas como una relación de competencia entre modelos de Estado y de desarrollo en la región, ejemplo de la visión de Michael Reid, editor de América Latina de la revista The Economist, que veía una disputa entre Brasil y Venezuela por “el alma de Latinoamérica”. [6]

El tercer texto, “O lugar do Brasil no mundo: a política externa em um momento de transição” (publicado en Brasil entre passado e futuro, 2010) es un balance de la gestión del presidente Lula en la política internacional. Marco Aurelio Garcia formula la pregunta clave para descifrar el éxito de la política exterior de Lula: “¿Por qué Brasil ha pasado a ocupar un nuevo y relevante lugar en el mundo, en un espacio menor a una década?”. Él mismo enumera una serie de conquistas internacionales del país –desde el G20 financiero a los brics, hasta el G20 de la OMC– para dar una respuesta afirmando que la explicación se encuentra en las “transformaciones internas por las cuales el país ha pasado en los dos gobiernos de Lula”, y concluir que el combate a la desigualdad interna ha sido el gran motor de la proyección internacional de Brasil, con Lula.

En el cuarto texto, “Dez anos de política externa” (publicado en Lula e Dilma: dez anos de governos pós-neoliberais no Brasil, 2013), Garcia revisa diversos temas de la política exterior de Brasil, mencionando, entre otros, la oposición de Lula a la guerra de Iraq, en 2003; la articulación de Brasil con sus socios de Mercosur –contando con el apoyo de Venezuela– para no permitir la aprobación del alca, en 2005; el desarrollo de una política de integración sudamericana y sus desdoblamientos con la creación de la Unasur; y analiza la posición de Brasil “en el orden global”, frente a la Primavera Árabe, las negociaciones comerciales (Brasil logró elegir al embajador Roberto Azevedo como director general de la omc), las negociaciones ambientales y climáticas (en que el país asume un rol de global player), las misiones de paz (Brasil ejerce el comando militar de la Minustah, en Haití, a partir de 2004).

En el quinto texto “Arquitetura politico-institucional da integração” (publicado en Desarrollo e integración en América Latina, CEPAL, 2013) y en el sexto, “As novas faces da integração regional” (publicado en Línea Sur, Quito, 2014) Marco Aurelio Garcia discurre –y explica– su comprensión sobre el tema integracionista, que ha sido tan valioso y a la vez novedoso en su abordaje político por el presidente Lula en articulación con sus homólogos sudamericanos. Quizá lo más interesante de esta parte sea el análisis que Garcia hace sobre la integración como estructura antihegemónica, el rol de la unasur y de su Consejo de Defensa, el cual, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, plantea un enfoque novedoso de defensa regional sin la presencia de Washington. Y no puede olvidarse que, en su momento, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, reconoció ese Consejo como un interlocutor válido de ee.uu. en el tema de la seguridad hemisférica. [7]

El título del séptimo texto, “Una política externa altiva e activa” (publicado en Brasil – Uma política externa altiva e ativa, 2017), reproduce la frase que ha sintetizado la política exterior del expresidente Lula, a partir de la definición creada por el excanciller Celso Amorim. Una política externa altiva (que no se sometía a otras soberanías ni mucho menos al consenso de Washington) y activa (que no actuaba sólo de manera reactiva). Se trata de un texto en el que Garcia, estando afuera del gobierno debido a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, en mayo de 2016, afirma con todas sus fuerzas, que “La presencia soberana de Brasil en el mundo está siendo meticulosamente deconstruida, lo que es bastante grave”. Garcia analiza la regresión, que no sólo Brasil, sino también la región, ha tenido en cuanto a autonomía internacional. Ante el escenario nacional y regional adverso, hace también una autocrítica sobre los años de gobierno, cuando expone: “Constreñidos por los desafíos del ejercicio de las tareas gubernamentales, hemos sido negligentes en realizar una reflexión crítica sobre la herencia pasada y sobre los desafíos futuros”.

En el octavo y último texto, “Retomar o ciclo progressista” (publicado en Le Monde Diplomatique-Brasil, 2017), escrito meses antes de su muerte, Garcia hace no sólo una reflexión sobre la grave crisis que Brasil y la región enfrentan, sino que propone conocer mejor “[…] ese proyecto en cambio acelerado, no sólo como imperativo ético e intelectual, sino como necesidad política”. Y añade que quiere reunir las dos dimensiones, teórica y práctica,

[…] es una iniciativa que tiene como punto central la aproximación, cada vez más, de los intelectuales con aquellos que viven esas nuevas situaciones y en cuyas manos queda la responsabilidad de retomar, criticar y profundizar el ciclo progresista que ha marcado América Latina en este inicio de siglo y que tantas esperanzas ha suscitado aquí y fuera del continente.

El pensamiento de Marco Aurelio Garcia, reunido en esos ocho artículos, es un aporte esencial para comprender la política exterior de los expresidentes Lula y Dilma, y del llamado período posneoliberal de América Latina, que ha reubicado la región en el mapa geopolítico del mundo. De igual manera, es esencial para entender la franca deconstrucción de este proyecto regional y las posibles reacciones y cambios que conlleva para el futuro.

Notas

[1] Acceso al libro en el sitio de la Fundación Perseu Abramo, en: https:// fpabramo.org.br/publicacoes/wp-content/uploads/sites/5/2018/06/ Aopcao-sul-web.pdf

[2] El texto original: “(…) foi um dos principais construtores do verda- deiro salto histórico que a América Latina deu na última década, em ter- mos de desenvolvimento, igualdade social e luta por um mundo de paz e cooperação”. A Opção Sul Americana, 2018, p. 5.

[3] El texto original: “A partidarização da política externa, com seu viés ideológico, tem sido um caminho para obscurecer e colocar em segundo plano a sua dimensão de política de Estado que, levando em conta os fa- tores da persistência da inserção internacional do Brasil, contribui para assegurar a previsibilidade e a confiabilidade externa do País”. Celso Lafer,“Diplomacia brasileira, novas variações críticas”, O Estado de São Paulo, 20 de junio de 2010.

[4] El texto original: “(…) eliminar a influência ideológica que per- meou a política externa do PT durante todos esses anos, e devolver ao Itamaraty o papel de principal assessor do presidente nesses assuntos”, BBC-Brasil, “Aliados de Dilma e Aécio divergem sobre Mercosul e comér- cio exterior”, 18 de agosto de 2014, en www.bbc.com

[5] Desde agosto de 2017, Venezuela fue suspendida del Mercosur, por decisión de los demás Estados miembros, bajo la justificación de “ruptura del orden democrático”, con base en el Protocolo de Ushuaia. “Mercosul impõe nova sanção à Venezuela”, UOL, 5 de agosto de 2018, en: https:// noticias.uol.com.br

[6] Michael Reid, El continente olvidado. La lucha por el alma de América Latina, Barcelona, Belacqua, 2010.

[7] Véase Gilberto M. A. Rodrigues y Thiago Rodrigues, “La Unión de las Naciones Sudamericanas (unasur) y los nuevos temas de la agenda regional de paz y seguridad: roles y mecanismos de participación de la sociedad civil”, en Andres Serbin (coord.). De la Onu al AlbA: Prevención de conflictos y espacios de participación ciudadana. Buenos Aires, Icaria/cries, 2011, pp. 207-238, en: http://www.cries.org